Jueves, 31 de octubre 2019
Resulta algunas veces desconsolador, para el etnógrafo regular, verse sujeto a las inclemencias onerosas del paso del tiempo. Por ello no es raro encontrar en sus registros la rica disposición a embellecer sus palabras para, al menos, dejar un cadáver joven y bello; aunque signifique entregarse a las inclemencias del crítico quien, también inclemente, juzga sus irremediables conclusiones –como extremidades necesarias de un producto discreto, inserto en un devenir continuo e incesante– como “insípidas” o “sobrecondimentadas”, de acuerdo a los estándares de la moral y el estilo. Seguido de ello, no es extraño encontrar conclusiones estigmatizadas y tildarlas de “producto de su tiempo”. No obstante, a pesar de su incómodo trasfondo, omitir este detalle implicaría esconder un importante momento de nuestra historia, que más que temporal se ha vuelto constitutivo de nuestra identidad. Lo mejor, creo yo, es asumirlo y seguir adelante con admiración, pero sin perder cierto recelo. Sigue leyendo →
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