Monstruoso es un apelativo que en pocas ocasiones pasa desapercibido. El común de las veces se refiere a una criatura aberrante, cuya sola existencia escapa al curso normal de la vida. La misma palabra se ve ligada al concepto de error de la naturaleza. Puede ser aplicado, figurativamente hablando, a una persona en particular por su comportamiento moralmente reprochable. Del latín monstrum que se refiere cualquier entidad anómala respecto a su especie.[1] Todas aquellos objetos de estudio de la ciencia denominada Teratología, o estudio de las malformaciones congénitas. Sigue leyendo →
Pierrot es un personaje de la comedia italiana cuya personalidad se le atribuye, en primera instancia, al cómico Giuseppe Giratoni. Pero no es sino hasta la encarnación del mimo y saltimbanqui francés Jean-Gaspard Deburau, cuando el personaje alcanza sus características mundialmente conocidas: payaso blanco, carablanca, enharinado, con atavío claro y prominosa gorguera. De triste semblante, silencioso, taciturno, personalidad melancólica debido al amor no correspondido, Pierrot representa un antecedente directo del clown, enamorado de la luna, de la que se encuentra particularmente identificado. Sigue leyendo →
Sándor Károly Henrik Grosschmid de Máram, mejor conocido en el mundo de la literatura como Sándor Márai es un escritor y destacado analista literario, nacido Eslovaquia a principios del siglo XX. De entre sus obras más importantes destacan El último Encuentro, La herencia de Eszter, Divorcio en Buda, La mujer justa y Confesiones de un burgués. Traducido a varios idiomas, cabe mencionar el esfuerzo que ha hecho editorial Salamandra para traernos, directamente del húngaro, sus obras más importantes al español. «Periodista, novelista y dramaturgo, y opositor al régimen hitleriano, vivió el mundo europeo de los años de entreguerras y fue ciudadano de Budapest, Leipzig, Weimar, Múnich y Berlín. Tolerado por los soviéticos durante la ocupación de Hungría y, calificado de “escritor decadente y burgués”, Márai se dio un tiro en San Diego, California, en 1989.» Sigue leyendo →
¿Qué tiene que ver la revolución mexicana con el mito griego de Ifigenia? En esencia nada. Pero si vemos más de cerca podemos encontrar un par de semejanzas estructurales, todo depende de la manera en que interpretemos la historia de los pueblos. Por un lado la podemos percibir como una serie de sucesos o “hechos”, mismos que dan origen a otros sucesos que se “eslabonan” de manera causal, razón por la que historiográficamente pueden ser rastreados hasta un “acontecimiento crucial”; detonante de todos los sucesos (que de una u otra manera se eslabonan a ese eje). Por el otro lado se encuentra el mito de origen. Esta otra clase de interpretación no necesariamente posee un enlace directo con la historia y si lo tiene se extiende no a través de registros históricos tanto como lo hace a través del relato oral de los descendientes de la estirpe protagonista. Esta última vertiente depende de la estructura parental.
La primera interpretación es la que toman los historiadores de corte positivista o neoevolucionista, la segunda es la que adoptan los historiadores de corte estructuralista o hermenéutico. No me detendré a explicar los supuestos básicos de ambas posturas, sólo he de mencionar que las dos representan diferentes maneras de captar la historia, mismas que a lo largo del tiempo han comenzado a zanjar sus diferencias; estrechando cada vez más sus metodologías con el objetivo de profundizar en su campo de estudio. Uno como historiador de su propia vida tiene la libertad de adoptar la postura que más prefiera para configurar su propio destino. Alfonso Reyes como Ifigenia representa la ruptura de la voluntad histórica frente al abrumador destino trágico y determinista.
De algún modo la Ifigenia Cruel de Alfonso Reyes logra sintetizar estas dos posturas de una forma alegórica; contagiada por el dolor y la pena ocasionada en el espíritu de aquél que no sólo fue espectador de la historia sino que la padeció personalmente tras el asesinato de su padre y del que, se esperaba, continuara con la cadena de eslabones que representaba la larga historia del conflicto posrevolucionario, posmaderista; o como en el caso de Ifigenia posguerra de Troya. Y aunque indirectamente hemos contestado a la pregunta por la identidad de nuestro autor considero conveniente contextualizarnos bien al respecto de dónde se localiza.
El lugar es la capital mexicana, la fecha es el domingo 9 de Febrero de 1913. Al iniciar la revuelta contra el presidente Madero, Manuel Mondragón libera de la cárcel a Felix Díaz, sobrino del anterior presidente (dictador) de México -derrocado por las fuerzas maderistas en conjunto- y a Bernardo Reyes, padre de Alfonso y antiguo gobernador de Nuevo León, leal a Don Profirio Díaz y, por un tiempo, tentativo sucesor.
Reyes se propone tomar Palacio Nacional, sede del poder Ejecutivo en la nación mexicana, defendido por Lauro Villar. Se desata un revuelta donde resulta herido Villar, sustituido por Victoriano Huerta, y muerto el General Bernardo Reyes.
Tenemos aquí el principal eslabón que conecta la tragedia personal de Alfonso Reyes con la Historia de México. Termina el gobierno histórico Maderista con la decena trágica y comienza su mito fundador, pero al mismo tiempo es el detonador para que Reyes reflexione al respecto de la historia y el mito que le dio origen; algo que ha de permear su obra a lo largo de toda su vida. A los 24 años, Alfonso Reyes, hijo del general Bernardo Reyes, parte al exilio; quizá envuelto en un hálito de impotencia y sed de venganza, quizá destrozado por la tragedia familiar y su contexto.
Así es como, ungido por la desdicha, parte a España, donde permanecerá diez largos años desvinculado de los sucesos acontecidos tras el asesinato de Madero por parte del execrable general Victoriano Huerta, con el que directa e indirectamente se relaciona el asesinato de su padre.
Es aquí donde vemos la semilla de las dos caras de la historia. La historia eslabonada por sucesos, registrados en la memoria documental de la nación, y la historia mítica, representada por la tragedia personal de la familia Reyes en el contexto de las revueltas que dan origen al conflicto revolucionario y la guerra civil.
La Compañía Nacional de Teatro se encuentra presentando esta obra en el Teatro Julio Jiménez Rueda. Para mayor información sigan el siguiente Link
Así como la entrada de Ifigenia para mayor familiaridad con el asunto.
[1] Hay toda una tradición positivista contemporánea el pensamiento de Alfonso Reyes. Para una documentación más profunda al respecto del tema consultar: Zea, Leopoldo (1968): El positivismo en México. Nacimiento, Apogeo y Decadencia. FCE. México. Pero también consultar el ensayo Pasado Inmediato deReyes, Alfonso (1983): Visión de Anáhuac y otros ensayos. FCE, Lecturas Mexicanas 14. SEP. México. pp118-152
[2] Sobre el desarrollo de la Revolución Mexicana desde la revuelta de Mondragón hasta la etapa constitucionalista consultar: Silva Herzog, Jesús (1972): Breve historia de la revolución mexicana (dos tomos). FCE. México. Tomo I pp. 365 ss.