Un ensayo para dejar de madurar.
No he querido publicar este ensayo sin que lo acompañe un breve preámbulo al respecto del “porqué me he demorado tanto”. Lo que pasa es que, pienso, es de esos ensayos a los que hay que dejar madurar. Promete mucho, pero siento que no cumple con mis expectativas. Me he convencido de que, por más que lo busque, no voy a poder sentirme del todo satisfecho. Es por ello que decidí publicarlo sin más, atento a las consecuencias de lo que creo será un nacimiento prematuro. Pero al final ¿Qué importa? Yo agradezco más un ensayo de dudosa madurez que una ausencia de ensayo, Es por ello que lo publico y lo comparto con ustedes.
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